Esta dieta está basada en la teoría de que las mujeres francesas no hacen dieta, no cuentan las calorías o se saltan comidas, y aún así permanecen delgadas. Todo esto por supuesto se debe a la calidad de los alimentos que consumen, que van desde carnes magras hasta frutas frescas para mantener un balance adecuado entre éstas. Su creador, Mireille Guiliano, denomina a todo esto como el Zen Francés.

Proceso de la dieta.

Según su creador, la clave son las porciones que comen las mujeres francesas. Comer lentamente te ayudará a sentirse satisfecha con pequeñas porciones de comida, lo que se traduciría en una disminución de peso sin descuidar la propia alimentación. Uno de los puntos de comparación son los platillos franceses servidos alrededor del mundo.

Comparando la cantidad en Estados Unidos contra la servida en Francia, la diferencia es muy clara. Los franceses en general mantienen una preferencia por la calidad de la comida sobre la cantidad, por lo que no los veremos comer hamburguesas o pizzas muy seguido.

Prácticamente no hay límites sobre lo que se puede comer o no, siempre y cuando se coma con moderación. Lo que importa es la calidad, por lo que se da una recomendación sobre excluir comida procesada.

Lo anterior se complementa adecuadamente comiendo sopa en la medida de lo posible, acompañándola con té de hierbas y tomando mucha agua durante el día. Guiliano recomienda en este caso una sopa de puerro.

Ventajas y desventajas.

Como el plan simula el estilo de vida de las mujeres francesas, se tienen miles de testimonios y ejemplos de lo que se puede lograr a largo plazo. Como la dieta trata de mejorar nuestros hábitos alimenticios, su efecto puede durar para siempre si se asimila el cambio y nos acostumbramos a un consumo de alimentos más pasivo y con alimentos más saludables, evitando en la medida de lo posible las carnes procesadas, comidas enlatadas, comida chatarra, bebidas azucaradas, transgénicos, etc.

Si uno está acostumbrado a comer mucho, y además no suele incluir en su dieta diaria vegetales o carnes magras, será difícil cambiar de un día para otro tantos platillos. Además, según los expertos en nutrición, la sopa de puerro no es recomendable ya que no es nada saludable, y además deja la sensación de seguir teniendo hambre.

Millones de mujeres francesas lo avalan y sirven de inspiración para quien busca una figura o un peso ideal de ahora en adelante.


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