El deseo de tener un embarazo perfecto es algo que no se le puede discutir a quienes esperan un hijo. Pero, ¿también debemos justificar los temores que, indistintamente, afligen a ambos padres a lo largo del embarazo? En este artículo intentaremos abordar todo sobre los temores durante el embarazo y cómo sobrellevarlos.
La rama de la medicina que se encarga del nacimiento se encuentra en constante evolución y mejorando sus expectativas. En los últimos años, hemos visto como la tasa de mortalidad infantil ha disminuido de manera constante año tras año. Incluso, ahora son raras las complicaciones graves durante el embarazo, y los partos como un riesgo para la madre. Si hablamos del riesgo de muerte, las cifras también nos muestran un avance positivo en cuanto a eliminación de riesgos. Pero, aún con todo este panorama alentador, frecuentemente nos encontramos con parejas de futuros padres agobiados por el miedo.
Un estudio determinó que las principales preocupaciones de los futuros padres son las complicaciones del embarazo y el parto. Los padres se centran hoy en día en gran medida en la patología, temiendo posibles enfermedades. A menudo se muestran profundamente inseguros. Pero el embarazo no es una enfermedad, es un proceso biológico normal, que debería ser divertido. Tener hijos es probablemente la cosa más emocional que una persona puede experimentar. Muchas mujeres no disfrutan del embarazo, porque viven preocupadas por lo que pasará con sus hijos.
¿Cómo se manifiesta el miedo durante el embarazo?
Por ejemplo, durante una cita para realizar una ecografía, es posible que las mujeres embarazadas interpreten erróneamente al médico. Muchas veces el médico puede mirar con mucha atención la pantalla sin hablar con la madre. Pero los padres pueden reaccionar ante esta actitud con mucha carga de sensibilidad. Podría ser que el especialista tenga problemas para ver algo, pero eso no necesariamente significa que existan problemas. Es por eso que la comunicación entre el médico y los futuros padres es muy importante.
Hoy en día, los médicos de ultrasonido tienen mucho más trabajo que antes, por consiguiente, los temores se incrementan. El temor puede venir quizá del hecho que el progreso técnico ha ido ya más allá de la meta. Entonces podría convertirse en una fuente de temor, al creer que podría afectar al feto.
La medicina se orienta ahora mucho hacia el diagnóstico y la genética. Anteriormente, por ejemplo, era necesario hacer una amniocentesis para realizar una prueba genética. Hoy en día es suficiente con evaluar una muestra de sangre de la madre. Por lo tanto, ahora es más fácil y menos invasivo el control de la salud del feto.
El problema radica en que, en la medicina, especialmente en el diagnóstico prenatal, trabajamos con probabilidades. Los padres quieren que el médico les confirme al 100% que su hijo se encuentra completamente sano. Pero, el caso es que una prueba podría mostrar una probabilidad de trisomía 21, y eso podría ser contundente. Si para los profesionales en medicina es algo difícil de evaluar, esto puede resultar aún más difícil para los padres.
El abuso de las pruebas y la angustia posterior
Muchas veces, el temor hace que la madre se someta a diversos exámenes que no son necesarios. Como producto de estas decisiones erróneas, surge el remordimiento de haber podido causar algún daño al feto. Tanto como las necesidades de aquellos exámenes, estos remordimientos o sentimientos de culpa son infundados. Si crees que algo anda mal o tienes algún temor, es mejor consultarlo con un médico que con la amiga del trabajo.
¿Qué es lo correcto?
Es muy importante que las mujeres embarazadas consulten a un médico de confianza, y reciban una guía durante el embarazo. La buena comunicación es esencial. Mi consejo es hacer muchas preguntas y tratar de obtener la mejor guía de los médicos.