La fibromialgia puede afectar a niños, adolescentes o adultos, pero es más frecuente en mujeres jóvenes o de mediana edad. Se trata de una condición muy molesta que reduce considerablemente la calidad de vida de la persona.

Ahora bien, en vista de que no existe examen diagnóstico específico que compruebe el padecimiento de este mal, traemos a continuación la serie de datos que los médicos suelen usar de guía para saber si un paciente sufre o no de fibromialgia.

Pero antes de entrar en detalles, conozcamos un poco más sobre su conceptualización.

Definición de fibromialgia

Tal como su mismo nombre lo indica se refiere a la aparición de dolor en el tejido fibroso.

Es una enfermedad sin causa aparente, caracterizada por la intensa sensación de dolor generalizado en las articulaciones, que puede ser generada inclusive con un ligero roce. Esto se debe a que existe una alteración en la sensibilidad al dolor, haciendo que se dispare a niveles elevados.

Las dolencias pueden presentarse en los músculos y coyunturas aun cuando la persona no presente ninguna patología articular; a saber, bursitis, artritis, dislocaciones, entre otros.

Las zonas más afectadas debido a la fibromialgia son: el cuello, el tórax, la zona lumbar y los hombros. Y las consecuencias comunes son insomnio, fatiga o cansancio y tensión muscular.

Síntomas característicos de la enfermedad

El dolor producido por la fibromialgia, va mucho más allá de cualquiera que pudiéramos sentir a causa de un golpe. En palabras más simples, una persona afectada por esta anomalía puede presentar las siguientes incomodidades:

• Dolor insoportable ante estímulos que usualmente no lo generan, como una caricia, una palpación o un roce.
• Los músculos se tensan al amanecer y aunque durante el día baja la intensidad, durante la tarde o noche vuelve a sentir el malestar.
• Siente inflamación en las manos y en los pies.
• Hormigueo en varias partes del cuerpo, en especial en las manos.

cómo saber si tienes fibromialgia

Ya hemos dicho que el dolor es el principal síntoma de esta enfermedad, pero existen también otras no tan evidentes. Estas son:

• Sensación de dureza o rigidez en los músculos, sobre todo cuando se está en una sola posición por mucho tiempo.
• Fatiga exagerada, es decir, excesivo cansancio o agotamiento, a pesar de no haber realizado mucho esfuerzo físico.
• Presencia de síntomas emocionales, como la ansiedad o alteraciones constantes del estado de ánimo.
• Problemas en el sistema urinario, por ejemplo, cistitis intersticial.
• Intestino irritable, lo que a su vez provoca estreñimiento y en otros casos diarrea.
• Migrañas o cefaleas con demasiada regularidad.
• Brazos y piernas frías la mayor parte del tiempo, sudoración abundante.
• Mareos frecuentes, falta de equilibrio y taquicardias.
• Poca tolerancia a fármacos o sustancias químicas.
• Resequedad en la boca y en los ojos.
• Molestia o dolor en la zona de la quijada, específicamente en la mandíbula.

Así mismo, dichos síntomas también provocan como consecuencia, que el paciente sienta tensión emocional, alteraciones en el sueño, estrés, depresión y problemas para concentrarse o memorizar.

Diagnóstico clínico de la fibromialgia

La mejor opción para tener certeza de si se padece o no de fibromialgia es someterse al diagnóstico clínico que lleva a cabo el médico.

En dicho diagnóstico el doctor realizará una exploración amplia de la sintomatología presentada, a fin de descartar otras posibles causas, por ejemplo, el lupus, infecciones, hipertiroidismo o reumatismo. Para ello, será necesaria la evaluación de los antecedentes médicos, análisis de sangre y rayos X.

No obstante, cabe resaltar que hay probabilidad de que la fibromialgia coexista en conjunto con estas otras enfermedades. A razón de esto, el médico establecerá el diagnóstico tomando en cuenta los criterios elaborados por el Colegio Americano de Reumatología; a saber, la dolencia musculoesquelética con duración no menor a tres meses continuos, que afecta mínimo uno de los cuadrantes del cuerpo, y la sensibilidad y dolor en mínimo 11, de los 18 llamados puntos gatillo.

Estos criterios establecidos por la ACR han sido utilizados para definir esta patología; sin embargo, algunos más recientes, incluyen las manifestaciones sintomáticas que mencionamos en el apartado anterior.

Tratamiento

No existe fármaco específico para la fibromialgia como tal, sino acciones que ayudan a inhibir los efectos, lo que incluye ejercicios diarios (estiramientos y ejercicios aeróbicos), calor local, masajes, medicamentos para controlar el sueño, antidepresivos, analgésicos para aliviar las dolencias, actividades para el manejo del estrés (respiración profunda, relajación, asistir a grupos de apoyo), etc.

Es importante resaltar que el consumo de medicinas debe ser estrictamente controlado por el médico, ya que entre los efectos secundarios de la mayoría envuelve el insomnio, ansiedad u algún otro problema.


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