“Con qué rapidez vuela el tiempo: no tienes tiempo para despertar, pero ya es tarde para trabajar”. Esta parece ser la frase que representa a una gran parte de la población trabajadora del planeta. Los empleadores buscan cómo tratar a los empleados impuntuales y los empleados buscan cómo evitar llegar tarde al trabajo. A continuación tenemos las respuestas para cada uno.

Si la gestión del tiempo cojea…

Se cree que la razón principal para que un empleado llegue tarde es la incapacidad de organizar adecuadamente su tiempo. La mayoría de las veces es realmente así. Algunas personas no son físicamente capaces de calcular correctamente el tiempo necesario que demoran en alistarse y en la carretera.

Tales empleados no son salvados ni siquiera por la “regla de 15 minutos”, que opera en algunas empresas. Esta regla dice que cuando el retraso es menos de un cuarto de hora, no cuenta como un retraso. Subconscientemente, simplemente mueven el tiempo para llegar a trabajar cumplidos estos 15 minutos de tolerancia. Los psicólogos aconsejan en estos casos pedir ayuda a los parientes o colegas.

La enfermedad del búho

Por regla general, los noctámbulos tienen mucha dificultad para despertar. El reloj de alarma suena, y mis ojos no quieren abrirse. Piensas: me acostaré por cinco minutos y me levanto. Literalmente, un segundo después abres los ojos, y ya ha pasado una hora.

Para no estar en esta situación, lo mejor es reunir toda tu voluntad y arrastrarte fuera de la cama. Debes hacerlo de forma inmediata, tan pronto como suene el despertador. La segunda opción es programar tus alarmas en incrementos de 5 minutos. Entonces tendrás la opción de saltarte algunas sin el riesgo de volver a sumergirte en el sueño profundo.

El tráfico nuestro de cada día

Otra razón común para los retrasos en las áreas metropolitanas son los atascos en el tráfico. Rara vez se tiene la oportunidad de elegir un trabajo cerca de la casa, y calcular correctamente el tiempo de viaje desde el lugar donde dormimos hasta el lugar de trabajo en hora pica es casi imposible. Esta es una rutina que parece no tener una solución.

En algunos casos, el problema puede resolverse acomodándonos a usar el transporte público. Pero, lamentablemente, a menudo se mete en los mismos atascos. En algunas empresas este problema se resuelve implementando el comienzo flotante de un día de trabajo.

Premios vs castigo

En los casos descritos anteriormente, las personas no tienen intención maliciosa: tratan sinceramente de no llegar tarde, simplemente no son culpables. Es otro asunto si el problema es una motivación insuficiente. “No me aprecian, no voy a esforzarme”, muchos trabajadores piensan así.

En tales casos, los expertos en recursos humanos aconsejan no castigar por llegar tarde, sino animar a quienes llegan temprano. Por ejemplo, si el empleado no llega tarde por un mes, ni una sola vez, se le puede conceder un bono. En este caso, dicen los psicólogos, las personas no llegarán tarde con miedo de ser regañada por sus superiores. Pero sí harán lo posible por llegar temprano para acceder a ese incentivo por llegar temprano y ganar más dinero.

Los expertos opinan

El problema de las tardanzas, por regla general, es resuelto por los empleadores mediante una conversación o una sanción administrativa. Este tipo de sanciones pueden ir desde una amonestación hasta el recorte de parte del sueldo del trabajador.

En algunas empresas, hay una regla estricta: tres retrasos por trimestre conllevan a una suspensión. Después de la primera suspensión, quienes desean volver al trabajo no vuelven a llegar tarde. Sin embargo, los expertos advierten: las medidas punitivas tienen un efecto secundario, la gente comenzará a tratar formalmente sus deberes. Es mucho mejor usar medidas de influencia psicológica.

La lealtad del empleador a los retrasos depende, por así decirlo, del estilo de trabajo de un empleado o compañía en su conjunto. Si llegar tarde al trabajo no afecta la calidad del resultado, entonces sería bastante extraño recibir la multa. Y aún más ser despedido por el hecho de llegar tarde, aun cuando se cumpla con las metas trazadas.

Sin embargo, incluso en este caso, es necesario seguir la regla elemental: advertir a los colegas o al jefe que te retrasarás y por qué razón. Incluso si el jefe es tu amigo. Bueno, y lo más importante: llegar tarde por 4 horas o más sin una buena razón ya es absentismo laboral. En tales casos, el despido sería correcto.


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