En más de una ocasión, los niños hacen berrinches para conseguir lo que quieren. Un niño malcriado no se comporta de ese modo debido al afecto que los padres le ofrecen, sino a causa de sus comportamientos frente a sus malas conductas. Los niños son muy inteligentes, y aprenden a manipular desde muy pequeños.
Muchos padres ceden ante las exigencias y manipulación de sus hijos, al creer que es la única forma de llevarse bien con ellos, lo cual representa un grave error. Los niños que presentan estas actitudes desde pequeños, y cuya conducta no es reformada a tiempo, suelen llegar a la adolescencia de este modo, dificultando en gran medida la convivencia en el hogar y sus propias relaciones interpersonales.
La malcriadez, es una conducta que deforma la personalidad e identidad de los niños, en más de una ocasión, de manera permanente. Es por esto, que resulta conveniente corregir esta serie de malas conductas desde temprano, arrancando el problema de raíz.
En base a esto, a continuación te daremos 5 consejos para no malcriar a tus hijos:
1. No refuerces actitudes egocéntricas: Los niños por naturaleza, especialmente en la edad preescolar, suelen pasar por una etapa en la cual quieren todo para ellos, les cuesta compartir y pueden desembocar en actitudes egocéntricas si su entorno lo permite.
Es importante que como padres les enseñen a compartir, que no todo lo que quiere es posible de obtener y sobre todo, no hacer todo lo que él quiera en el momento que lo quiera. Establecer los límites necesarios es la clave.
Si bien quieres lo mejor para tus niños, es importante hacerles saber cuándo, cómo y bajo qué circunstancias pueden obtener algunas cosas y otras no. De este modo, crías a un niño bajo una expectativa mucho más realista, alejando las actitudes egocéntricas de su camino y dejándole en claro que el mundo no gira alrededor de él.
2. Establece límites irrefutables: Los límites son de suma importancia al establecer cualquier relación, especialmente en el hogar. Establecer normas concisas, fáciles de entender e inquebrantables, es una de las mejores maneras de criar a un niño disciplinado y humilde. Para lograr esto no hay necesidad de gritar ni usar lenguajes violentos. Lo importante es explicarle con paciencia por qué no puede hacer algo, hasta que lo entienda y retenga. Esto puede llevar un tiempo, pero con constancia lo lograrás.
3. Refuerza las conductas positivas: Esto no lo saben muchos padres, pero resulta indispensable. Al reforzar las conductas positivas de tus hijos, estás delimitando lo bueno de lo malo, además de favorecer a su autoestima. Al saber que está haciendo algo bien y que sus padres se sienten orgulloso de eso, el niño buscará la manera de imitar esas conductas, debido a la satisfacción que esto le ofrece. Esto no quiere decir que si hace algo mal hay que menospreciarlo. Es importante explicar por qué consideras que lo que hizo está bien o mal, con paciencia y sin exagerar. Acorde a la actitud y conducta de los padres, los niños reforzarán o no sus propias conductas.
4. No refuerces las conductas negativas: Esto va de la mano con lo explicado anteriormente. En ocasiones los padres no notan las conductas positivas de los niños, y sólo prestan atención a las negativas, reforzándolas. Si sólo atiendes a tu hijo cuando llora, éste creerá que esa es la única manera de obtener toda tu atención, repitiendo esta conducta cada vez que desee algo.
5. Premiarlo en momentos adecuados: Muchas veces los padres ofrecen regalos o recompensas posterior a conductas negativas, sin darse cuenta de que el niño puede asociarlos. Es importante que el niño reconozca cuando se merece algo y cuando no, pero eso lo deben enseñar los padres.
Si le compras un regalo porque has notado que ya no juega con sus antiguos juguetes porque le aburren, le estás enseñando a no valorar lo que tiene, y que con sólo decir que está aburrido podrá obtener juguetes nuevos. Es indispensable guiar al niño para que aprenda que debe esforzarse por lo que quiere, y que en base a sus buenas conductas y obediencia podrá obtener premios positivos.
