¿Tienes problemas de cervicales y además presentas mareos? Aquí te comentaremos más al respecto. Sigue leyendo y averigua todo sobre los mareos por cervicales, incluyendo qué puedes hacer para intentar mejorar esta incómoda condición que se puede presentar.

En ocasiones, cuando tenemos dolores en las cervicales, estos van acompañados con unos inevitables mareos, lo cual es un malestar muy incómodo y resulta en ocasiones paralizante, ya que este padecimiento suele impedirnos realizar distintas actividades.

Los síntomas que tienden a manifestarse cuando tenemos dolor en la cervical son los calambres, rigidez en el cuello, hormigueos en las extremidades superiores y los mareos. Estos síntomas, suceden con mucha frecuencia, y vale la pena resaltar que si no se controlan a tiempo, se convierten en una enfermedad crónica. Es de mucha importancia buscar la manera de suavizar el cuello, ya que este permite que se encuentre un equilibrio entre el oído y la vista, lo que produce la aparición de los mareos.

Cabe destacar que, entre las funciones de las vértebras cervicales está el de mantener la cabeza erguida. Estas consisten en siete vértebras donde habitualmente se centra la tensión; no obstante, al mantener una mala postura, tener desgastes, e incluso la ansiedad, pueden llegar a ocasionar estos incómodos mareos.

¿Por qué se dan los mareos cervicales?

Existen diversas causas que ocasionan los mareos cervicales, entre ellos podemos mencionar la comprensión neurovascular, que se debe a diversas variaciones degenerativas de la vértebra, por lo cual se produce la inevitable inflexibilidad. Ahora bien, el conflicto existente entre la información del movimiento del cuello, con la del oído y la vista, va produciendo una descompensación donde se desarrolla esa frecuente inestabilidad, que por instantes llega a desconcertar a la persona que la padece.

Al presentarse esta incómoda situación, los ojos llegan a notar el movimiento, sin embargo, el líquido que permanece en el oído y el eje del cuello-cuerpo se mantiene inmóvil, por lo que no llegan a apreciarlo, siendo esto un paso al desequilibrio y posteriormente el mareo. Por lo general, esto causa que se pierda confianza en el momento de realizar las actividades habituales, y sufrimos de hipervigilancia, con lo cual preferimos evitar mover el cuello por temor a generar un dolor más fuerte.

No obstante, existen algunos procedimientos para mejorar los síntomas de los mareos cervicales, los cuales han sido empleados en personas con este padecimiento y han sentido mejorías. Entre ellas tenemos:

  • Aplicar un tratamiento frio-calor; se inicia colocando en el área afectada una bolsa de hielo por un tiempo determinado de 3 a 4 minutos. Posteriormente al retirarla se colocan duchas calientes o una bolsa de agua caliente. Es importante resaltar que por las noches no es favorable para la piel utilizar almohadillas térmicas al dormir.
  • Se tiene que evitar realizar actividades físicas que conlleven mucho peso, así se evita que parte de la cervical se inflame.
  • Tomar baños con agua de lavanda o romero, los cuales son beneficiosos, tienen una excelente acción antiinflamatoria y eficiente para calmar los dolores de la cervical y lumbalgias, entre otros.
  • Se tiene que llevar un patrón de sueño para poder estabilizar el organismo e ir disminuyendo los estados de estrés.
  • Realizar tratamientos fisioterapeutas también favorece. El realizar ejercicios aeróbicos que le brinden al cuerpo y al sistema nervioso el dinamismo y la movilidad adecuada hasta volver a la normalidad. Otro punto importante, es que se debe suavizar la tensión que se produce en el cuello, ya que de aquí es donde parte el llamado mareo cervical.
  • Cabe considerar que, existen posturas de la columna cervical que benefician para que esta no se sobrecargue de tensión y puedan facilitar el problema, por lo que se requiere que esas posturas se empleen a tiempo, para evitar grandes complicaciones a futuro.

La medicina china considera que las emociones que son provocadas por los disgustos, amarguras, e incluso por estrés, pueden afectar la vesícula biliar, y ésta cuando se encuentra en desequilibrio incita en el organismo diversos síntomas tales como reflejos en forma de tensión muscular en ciertas zonas del sistema musculo-esquelético, como el cuello, que conjuntamente compone las vértebras cervicales, en particular la primera y segunda cervical, puesto que irrita la arteria vertebral, la cual conlleva el riego sanguíneo al cerebelo y oído interno, y puede terminar produciendo mareos.

El mejor consejo que le podemos dar es visitar a un especialista para hacer una revisión exhaustiva de todo su cuello, y de las vértebras cervicales en particular. Recuerde que prevenir a tiempo puede ayudar a evitar males mayores en un futuro próximo.


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